La cebolla deshidratada es una forma de sustituir a las cebollas frescas, teniendo un proceso de secado no pierde sus cualidades organolépticas. La cebolla deshidratada mantiene todo su sabor y aroma, se usa en multitud de recetas dándole el mismo uso que a la fresca.

1. Aroma intenso: La cebolla deshidratada tiene un aroma concentrado y penetrante que es característico de la cebolla fresca. Este aroma es distintivo y se libera cuando se cocina, lo que añade profundidad al sabor de los platos.

2. Sabor dulce y picante: Tiene un sabor que combina notas dulces y picantes. La deshidratación concentra los azúcares naturales de la cebolla, lo que resulta en un sabor ligeramente dulce, mientras que los compuestos volátiles que dan el característico sabor picante de la cebolla se conservan en gran medida.

3. Textura crujiente: La cebolla deshidratada suele tener una textura crujiente o quebradiza debido al proceso de deshidratación. Esta textura puede ser deseable en platos como ensaladas, sopas o guisos, donde se busca un contraste de texturas.

4. Color dorado a marrón: Suele tener un color dorado a marrón claro, dependiendo del grado de deshidratación y del tiempo de almacenamiento. Este color puede variar ligeramente según la variedad de cebolla utilizada.