Es una variedad de grano corto, redondo y perlado, cuya principal característica es que durante su preparación no se rompe ni se abre longitudinalmente, sino que se abomba, aumentando hasta tres veces su tamaño, quedando sus granos enteros y sueltos. Su cocción es homogénea y es de los arroces que más absorbe el sabor de los alimentos con los que se cocina. Es de uno de los más apreciados por su textura y sutileza por lo que resulta perfecto para paellas y platos típicos de la cocina mediterránea.