Laurel molido: el aroma que transforma tus platos veraniegos
En los meses de verano, cuando el cuerpo pide comidas más ligeras, frescas y digestivas, es el momento perfecto para redescubrir ingredientes que aportan profundidad sin saturar. Uno de ellos, a menudo olvidado en su versión molida, es el laurel molido, un aliado silencioso que transforma recetas cotidianas en propuestas llenas de matices.
Cocina ligera con mucho sabor
El calor invita a preparar platos más sencillos y saludables, donde las cocciones lentas ceden protagonismo a elaboraciones rápidas, ensaladas templadas, marinados y guisos más suaves. Aquí es donde el laurel molido despliega toda su magia: aporta ese fondo herbal, ligeramente mentolado y balsámico, que realza los sabores sin invadirlos. A diferencia de la hoja entera, el formato molido se integra de forma uniforme y permite controlar mejor su intensidad.
¿A qué sabe el laurel molido?
Su aroma es intenso, seco y algo amaderado, con notas que recuerdan al clavo y al eucalipto. En boca, ofrece un sabor cálido y ligeramente picante que despierta los sentidos. Esta combinación lo hace ideal para armonizar preparaciones frescas como:
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Vinagretas para ensaladas de legumbres, pasta o patata.
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Sopas frías y gazpachos, donde unas pizcas realzan los vegetales sin robarles protagonismo.
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Adobos para carnes blancas o pescados a la plancha, perfectos para cenas estivales.
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Guisos veraniegos de verduras, donde el laurel molido aporta equilibrio y estructura.
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Salsas suaves a base de yogur, tomate o crema vegetal.
Además, su presentación en polvo lo convierte en un condimento ideal para infusiones digestivas tras las comidas, combinando bien con anís, hinojo o cáscara de naranja.
Puerto de Oriente: aromas con historia
En Puerto de Oriente, creemos en los ingredientes que cuentan historias y transforman recetas. El laurel molido es uno de esos tesoros de la despensa tradicional que merece un lugar en la cocina contemporánea: práctico, versátil y profundamente aromático. Dale un giro a tus platos este verano y deja que el laurel haga su magia, sin complicaciones, solo sabor.
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